Ciudad de Panamá, abril de 2025 — Mientras los rascacielos de Punta Pacífica se alzan como símbolos del progreso y las inversiones extranjeras continúan fluyendo hacia el país, Panamá vive un momento clave en su historia reciente: un crecimiento económico robusto que contrasta con tensiones sociales aún sin resolver.
Según datos del Ministerio de Economía y Finanzas, el país cerró 2024 con un crecimiento del PIB del 5.8%, impulsado por el auge logístico, la expansión del Canal de Panamá, el dinamismo en el sector inmobiliario y la consolidación de zonas francas como Panamá Pacífico. Sin embargo, expertos advierten que este esplendor económico no se traduce automáticamente en mejoras para todos los ciudadanos.
“Estamos ante un desarrollo desigual. Mientras unos disfrutan de un país moderno, hay comunidades donde aún falta agua potable, acceso a salud y oportunidades laborales”, explica la socióloga Clara Vásquez, de la Universidad de Panamá.
Un país de contrastes
Panamá se ha consolidado como hub financiero y logístico de América Latina. Su conectividad aérea, el desarrollo de infraestructura y su modelo de economía dolarizada lo hacen atractivo para inversionistas globales. Sin embargo, barrios periféricos de la capital y zonas rurales muestran un rostro distinto: desempleo juvenil, informalidad laboral y rezagos en educación.
En 2025, el nuevo gobierno enfrenta protestas sociales por el alto costo de vida, el acceso desigual a servicios y las crecientes demandas de transparencia y justicia social.
¿Desarrollo sostenible o crecimiento desbordado?
Organismos como CEPAL han advertido que el crecimiento sin equidad puede profundizar la brecha social. Si bien se celebran avances en digitalización, turismo ecológico y transición energética, sectores como salud pública, transporte urbano y reforma educativa siguen siendo asignaturas pendientes.
“La gran pregunta es si Panamá podrá lograr un modelo inclusivo que combine su potencial económico con una mejora real en la calidad de vida de sus ciudadanos”, reflexiona el analista político Enrique Montenegro.
El desafío del liderazgo
Con una ciudadanía más informada y activa en redes sociales, el liderazgo político panameño enfrenta el reto de conectar con las verdaderas preocupaciones del pueblo. La transparencia, la rendición de cuentas y una visión integradora del desarrollo son ahora exigencias ineludibles.